Con el establecimiento del primer Gran Mercado Mayorista y Minorista de Lima (La Parada) en 1945, se abre paso a la llegada de miles de peruanos que dejan sus viviendas al interior de país para forjar una nueva vida en la capital.
Aunque ya se habían formado las primeras barriadas, como la
Asociación de poseedores y ocupantes de tierras de El Agustino, Santoyo y
Ancieta, la noche del 15 de abril de 1947 no sería como cualquier otra.
Liderados por Ernesto Sánchez Silva, mejor conocido como “Poncho Negro”,
pequeños comerciantes y migrantes invadieron el sector sur del cerro El
Agustino en una primera acción organizada.
Así, entre esteras y padecimientos, nacerían barrios como
Santa Clara de la Bella Luz o las asociaciones Pro Casa propia o la Mutualista
de pobladores. Centenares de manos comenzarían a escribir la historia de un
nuevo distrito, en el que construían con su esfuerzo un mejor lugar para vivir.
Un nuevo distrito
La historia de El Agustino se oficializó el 6 de enero de
1965, con la Ley 15353. En el distrito se encuentran también rastros de la
historia del Perú, como el Bastión Santa Lucía, que formaba parte de la Muralla
de Lima. Además, el “Cuartel de los Barbones”, que originalmente era el
convento de la orden de los Betlemitas; o el Cuartel La Pólvora, inicialmente
una fábrica de pólvora y cañones que fue ampliada a cuartel por Ramón Castilla.
Y los cementerios El Ángel y Presbítero Maestro.
La vida musical de este distrito es el “Agustirock”,
emblemático festival de rock iniciado a fines de la década de los ochentas. Y
entre los rostros más queridos está el del sacerdote español Ignacio Mantecón,
el padre ‘Chiqui’, quien ayuda a los jóvenes a regresar al rebaño.
Con alrededor de 180.262 habitantes al 2007, El Agustino reúne
diversas caras de la Ciudad de los Reyes, por un lado el viejo rostro del
distrito con todos sus problemas sociales y por otro, el acercamiento del
avance económico con la instalación de centros comerciales y negocios.
Fuente: blog del comercio
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